Nunca fui una chavala muy tradicional que digamos, pero el amor tocó la puerta y un par de años después ya me encontraba planeando mi boda. Con el tema “boda” viene la típica pregunta: “¿para cuándo los hijos?”. Siempre me molestó la pregunta por la indiscreción de la gente, pero es ahora que entiendo el daño que puede causar esa interrogante.
En realidad sí había pensado en tener hijos/as, pero no tenía prisa. Meses después de la boda vino el tema de conversación. Mi esposo, que administra su propia empresa, se tomó el tema muy en serio, al igual que yo.
Antes de tomar una decisión evaluamos cada uno de los puntos en los que nuestra vida iba a cambiar si teníamos un/una bebé. Finalmente decidimos que sí queríamos ser padres, pero que íbamos a esperar un par de años.
Pasó el tiempo y el tema siempre estuvo presente. Conocí mejor a Julio y me di cuenta de que sería un magnífico padre, lo cual me tranquilizaba bastante. Después de semana santa del 2017, que estuvimos de vacaciones con mi familia en Ometepe, ambos sabíamos que era el momento. Simplemente le dije que ese mes dejaría de tomar las pastillas anticonceptivas.
Yo esperaba quedar embarazada pronto, pero pasaron las semanas y los meses, así como las pruebas de embarazo, y mi anhelo no se cumplía. Nunca se me cruzó por la mente que era infertil… Me decía a mi misma que debía tener paciencia y seguir intentando. De todas formas, intentarlo con Julio no estaba nada mal 😉
Después de un año se lo comenté a mi doctor y me dijo que Julio y yo debíamos hacernos exámenes de fertilidad, porque los problemas de infertilidad se pueden presentar tanto en hombres como en mujeres. Así lo hicimos y fue entonces cuando supimos que yo era infértil.
El doctor nos explicó que existen varios tipos de infertilidad y que 1 de cada 10 parejas tienen problemas para lograr o mantener un embarazo. Existen tratamientos para muchos tipos de infertilidad, después de los cuales muchas personas logran tener un embarazo y bebés saludables, sin embargo, este no era mi caso.
Hay muchas cosas que pueden conducir a la infertilidad, y esta puede afectar a personas de cualquier sexo y edad. ¿Cuáles son las causas de la infertilidad?
Existen muchas causas posibles de infertilidad. Consultar a un médico que se especialice en infertilidad puede ayudarte a detectar qué es lo que causa tus problemas de fertilidad y encontrar el mejor tratamiento para vos. A veces no es posible conocer la razón de la infertilidad; en este caso se denomina “infertilidad idiopática” o “inexplicada”. La infertilidad inexplicada puede ser muy frustrante, pero, aun así, existen opciones de tratamiento que podés probar.
La infertilidad también se puede deber a un problema de eyaculación. Si los conductos dentro del pene o los testículos están bloqueados, el hombre puede tener dificultad para eyacular, o bien no sale nada cuando tiene un orgasmo. A veces, la eyaculación puede enviar el semen de la próstata a la vejiga, en lugar de que salga por el pene.
Lo que más me marcó de mi historia fue lo desinformada que estaba en relación a la infertilidad. Desde que supe que era una mujer infertil hasta ahora he aprendido mucho como parte del proceso de aceptar esta realidad. Quise compartir mi experiencia para crear conciencia sobre la infertilidad y decirles a las mujeres y hombres infértiles que no están solos/as.
No puedo negar que los primeros meses fueron difíciles. Darme cuenta de mi condición representó, sin duda, un trauma en mi vida. Me di cuenta de cuan arraigada tenemos la maternidad como el eje fundamental de la vida de una mujer, llegándonos a sentir inútiles si por razones de salud no somos capaces de estar embarazadas.
Si no fuera por toda la presión que desde niñas recibimos, mi experiencia con la infertilidad no habría tan traumática. Me costó meses entenderlo y revalorizarme. Ahora por fin sé que no soy menos mujer por el hecho de no poder dar a luz, y eso, señoras y señores, me ha hecho libre.