Después de varios años de la publicación de la ley 717, Ley Creadora del Fondo para Compra de Tierras con Equidad de Género para mujeres rurales, muchos de sus objetivos no se han cumplido. Asociaciones de mujeres viajan constantemente a la capital para exigir el cumplimiento de la ley y cada vez reciben el apoyo de capitalinos que se unen a la causa.
Muchas mujeres rurales alquilan manzanas mensualmente y a elevados precios para producir en ellas. La sequía en los últimos años ha hecho perder gran parte de la cosecha de varias mujeres productoras, teniendo que pagar la mensualidad del alquiler sin haber obtenido ganancia alguna.
A raíz de esta problemática, nació la demanda en este sector de crear una ley que pueda financiar a las mujeres rurales afectadas y que no son propietarias de tierras para producir.
El mayor problema de esta desigualdad, radica en que las mujeres que antes alquilaban tierras, además de perder su cosecha y dejar de producir, tienen que buscar alternativas de trabajos para saldar las deudas del alquiler y además deben sostener un hogar y alimentar a sus hijos.
El 5 de mayo de 2015 se realizó un plantón por parte de mujeres campesinas, quienes exigían que se aprobaran 50 millones de córdobas para empezar un proyecto piloto que beneficiaría a 300 mujeres. Una comisión de representantes se dirigió a las autoridades competentes para entregar una carta en la cual se manifestaba la urgencia de ejercer lo que la ley dictaminaba que se ejecutara hace cinco años en aquel entonces.
Un mensaje quedó claro ese día y fue el compromiso de pagar mes a mes el crédito justo que promulga la ley. “No queremos que sean regaladas esas tierras, queremos que den ese fondo, nosotras lo vamos a pagar”, decían las representantes de la Coordinación de Mujeres Rurales.
Siguen vigente el día de hoy estas luchas, que no solo competen al centenar de productoras rurales, sino a todos los nicaragüenses, porque sin tierras y sin producción no hay frijoles. No se puede seguir siendo apático a las causas y exigencias justas. Las herramientas legales no deberían de quedarse solamente en La Gaceta, deberían de ejecutarse a cabalidad.
Escrito por Franklin Villavicencio